Al pasar por delante del portal ya puedes entrever el hermoso patio que acoge a sus visitantes. Se trata de un pequeño oasis que alberga distintos rincones que despertará la curiosidad de quien se tome tiempo para regalar una mirada o dos a los a los antiguos objetos seleccionados con esmero: una tradicional tabla para lavar, una jaula artesanal con detalles delicados, una clásica mesa para coser, una bicicleta vintage, etc.
Además de este singular espacio, nada más entrar te encontrarás con un amplísimo espacio en el que están expuestos diversos productos de la zona que puedes adquirir (aceite, conservas…) así como una zona de barra. Si bien la carta recoge platos muy sugerentes, también es muy recomendable preguntar por el guiso del día.